viernes, 26 de junio de 2020

DIOS QUIERE QUE TODOS SE SALVEN A TRAVÉS DE JESÚS

¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él         Juan 3, 16-17.


Los pecados tienen su origen en el corazón de cada persona. Si bien es cierto que los pecados son acciones voluntarias, también es cierto que el arrepentimiento sincero y el deseo de reconciliarnos con Dios, nos acerca cada vez más a la salvación.



Si somos incapaces de buscar a Dios, Dios viene a nosotros. Si no tenemos fuerzas para subir a Él, Él desciende a nosotros. Si nuestras esperanzas empiezan a desaparecer, entonces Él brilla como un faro en las tinieblas. Dios cumple su promesa de salvación, esta solución se llama ¡JESÚS!. Él es médico y medicina, Él es Dios con nosotros.


El único pecado que no puede ser perdonado, es el que no reconocemos. ¿Acaso has pensado alguna vez que Dios te va a rechazar?






La salvación es una obra ya realizada y consumada en Jesús, creamos en ella con el corazón, confesémosla con nuestros labios, agradezcámosla y hagámosla nuestra. Pongamos en sintonía nuestra fe y esperanza, reconozcamos que no todo está perdido, confiemos en Jesús. 

Nunca es tarde para encontrar el camino, no en vano los caminantes de Emaús "sentían arder su corazón" al encontrarse y reconocer a Jesús.  Los discípulos recuperaron su tranquilidad al verlo calmar la tormenta, el ciego recuperó la vista, el leproso quedó limpio, y muchos, muchos más, cambiaron su vida, después de aceptar su fragilidad y abandonarse en Él.





lunes, 1 de junio de 2020

El PECADO ROMPE LA ALIANZA


El pecado rompe la alianza 





El pecado es una ruptura
Lo contrario al amor, a la donación de sí mismo, es el pecado. El amor une, el pecado aleja. El amor enlaza, el odio separa, rompe. Por más «íntimo» que pueda parecer un pecado, éste siempre tiene consecuencias para el prójimo, para la comunidad en la que se vive.
Aunque el pecado sea individual, éste significaba alejar a Dios de todo, (de mi vida, familia, amigos, relación sentimental o de pareja, etc.) Negar el amor, la entrega, es contradecir el plan que Él tiene para nosotros, la felicidad de cada ser humano; es alejarlo de la propia vida. Dios no se «enfada» tras el pecado, pero sí respeta la decisión de la persona de «querer estar solo», aunque se queda siempre a la puerta, esperando y llamando al reencuentro.

                                    https://elobservadorenlinea.com/2014/10/todo-pecado-es-ruptura-de-relaciones/    



Preguntas para reflexionar:
  1. ¿Te has sentido preso o presa de una acción, habito, pensamientos o palabras? 
  2. ¿Alguna vez has sentido que has lastimado o te han lastimado por decisiones tomadas en el pasado?
  3. ¿se ha roto o dañado tu relación con un ser querido a consecuencia de decisiones tomadas?